Pablo contando su testimonio.
Pablo dando gloria a Dios.
Recibiendo el abrazo de sus familiares.
Pablo es un joven de 22 años que un día, como siempre, salió en su moto y sin que nada hubiera en el camino su moto se desvió y fue a parar a una zanja en la que había unos hierros.
Producto de esa caída es que se fracturó la mandíbula en 3 partes, perdió la visión total de su ojo derecho y un 50% en el izquierdo.
Además de ello, perdida de la memoria y fractura de cráneo.
Fue llevado a un hospital en Corrientes donde no le hicieron nada más que limpiar las heridas y le dieron turno para dentro de 12 días más.
Es por esto que su madre va a la iglesia y pide que oremos por él ya hacía 8 días que estaba en cama y no podía comer nada.
Al regresar a su hogar, la madre se llevó la sorpresa de su vida: Pablo estaba sentado en su mesa pidiendo comida; no le querían dar pero la madre le preparó comida diciendo “la palabra fue clara, hoy es el día de tu bendición”
Desde allí Pablo caminó y su mandíbula ha sido restaurada y sus ojos han recuperado la vista; su cicatriz en el cráneo comenzó a cerrar y aquí lo vemos de pie alabando al Señor -
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