Esta es la causa

Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.
Jeremías 1:9

sábado, 11 de septiembre de 2010

MAS QUE UN NOMBRE.

Éxodo 24: 13.
Éxodo 33: 11.

Josué... quién se atrevería a ser como él?
Buena pregunta cuando hoy nos vemos enfrentados a los mismos desafíos que se vio el joven Josué. Nació en medio de la tribulación de Israel, cuando empezó a ser liberada por Moisés, cuando eran los conflictos de poder entre faraón y Dios. Él cruzó como joven el mar rojo, quizás en ese momento no alcanzaba a los 13 años, era el primogénito de su padre Num, tuvo 6 hermanos más, y siempre estuvo atento a las palabras que su padre daba.
Josué quizás vio y también sintió el temor cuando la muerte sacudió la tierra de Egipto al ver morir a todos los primogénitos y sólo ellos quedaron vivos; a su vez se preguntarían por qué ese Dios tan grande sólo los guardó a ellos.
Como jefe de casa su Padre Num compone lo que se llamaba el círculo de los príncipes, es decir aquellos que eran jefes de hogar. Había en ese momento muchas viudas; no olvidemos que ellos fueron cercenados por los egipcios y se mataban a los jóvenes para apoderarse de las mujeres, asi engendraban con ellas, pero por alguna causa Josué fue salvado de esta práctica y fue separado de sus hermanos a temprana edad para lo que más tarde entendería, que fue la causa de su llamado.
Al cruzar el mar rojo fue testigo del poder maravilloso del Dios de Israel sobre sus enemigos; ya no le cabía ninguna duda y ningún temor sobre qué elegir y dónde colocar su mira. Su imagen de padre y de líder fue Moisés; se acercó de a poco a él, lo admiraba, lo quería, y empezó a sentir algo especial por el caudillo de Israel, algo que no entendía, algo que lo apartaba de los demás.
Quizás mientras todos jugaban y hacían sus cosas de jóvenes él se quedaba horas y horas escuchando a Moisés, bebiendo del agua de vida.
Cumplía sus obligaciones como primogénito: era el que tenía que cuidar las ovejas de su padre Num, junto a él era el que debía proveer el cuidado a su familia (igualito que hoy, los jóvenes no quieren hacer nada en casa porque ellos son hombres) y cuando el padre salía en excursiones, era él el que quedaba a cargo de su madre y sus hermanos.
Josué, que no era su primer nombre, se llamaba Oseas (números 13:8) que significa Salvación; más tarde se le cambió el nombre, una práctica que no era para todos, sólo para aquellos que tenían un específica misión o que eran apartados para algo, y fue llamado Josué, que significa Jehová es mi salvación.
Será una casualidad de nombres??? No, no creo, pero lo que sí creo es que Dios lo apartó para algo especial. El cambio de nombre se debe a los planes benditos de Dios para este joven, que no pidió haber nacido en el peor de los momentos de Israel, pero nació, y vivió como uno más dentro de los suyos; tal vez nunca pensó que él sería algo tan importante dentro del pueblo, pero él obedeció a un llamado que empezó a sentir en su adolescencia y que fue marcándole para algo mayor.
Qué importante es saber sentir el llamado y obedecerlo, qué importante es saber separarse de las cosas triviales, de aquellas que te pueden marcar para bendición o para maldición.
Él supo que algo especial empezaba a pasar en su vida, cuando conoció a Moisés supo que algo estaba cambiando dentro de él y se dejó llevar por la corriente de Dios, sabía que algo mayor habría, que él no sería igual a todos y se propuso en su corazón ser mejor que los demás. Él se propuso a quebrar las tradiciones, y los cambios que vendrían serían hechos por su mano.
Cuando él emprendió el camino junto a sus hermanos y padre a una tierra que no conocía sólo había una promesa, nada se veía, pero todo era fe , todo era sólo creer a un viejo loco que se le ocurrió creer a un Dios, que no sabía ni su nombre; pero ellos le creyeron y nunca objetaron nada. Él como joven podría haber dicho, “Cómo se te ocurre padre que iré detrás del desierto cuando acá tengo todo en Egipto, estoy bien"; “hay lindas egipcias, hay buen pasar y tengo de todo lo que necesito, no necesito más”; “cómo se te ocurre que le haré caso a un viejo loco que llegó diciendo que Dios nos ha dicho que nos vayamos porque tenemos tierras mejores, pero qué podrá ser mejor que todo lo que tengo acá?”
Pero jamás salió una sola palabra de su boca, creyó al igual que los demás, sólo creyó aún cuando no veía nada sólo creyó.... TU CREES?
Al tiempo le vemos en su primer incursión en algo importante: se convierte en el servidor de Moisés. Había que tener aguante para soportar al idiota de Moisés, al mal genio de Moisés, al testarudo de Moisés; había que tener aguante, pero él lo tuvo, él se propuso en su corazón ser el lazarillo de alguien que para muchos no era cuerdo jajaja. (Qué cambios habría si sólo nos colocáramos al lado de aquellos que no parecen cuerdos jajaja)
Fue llamado a acompañar a Moisés al monte; era su primer experiencia subir a recibir algo de Dios, iba contento pero su alegría se terminó cuando a la mitad del monte Moisés le dice ”quedate aca, no subas conmigo, esperame" y allí se quedó por cuarenta días sólo en medio de la nada, sólo en medio del monte; él veía los truenos, los relámpagos y sentía cómo el monte se estremecía con la presencia de Dios pero él no subió. Allí se quedó cuando todos se fueron detrás de dioses paganos, perdieron la fe, creyeron que el viejo había muerto; él siguió allí sin dejar caer su fe, sin dejar caer su ánimo, no dejó que nada ni nadie pudiera hacerle claudicar. Tenía tentaciones, quizás para pasar el tiempo podría haberse llevado a una joven y así no estar tan solito, aprovechar su juventud; como muchos dicen "pero si soy joven, debo disfrutar mi juventud, para eso Dios me hizo hombre, para pasarlo bien con las chicas"; y las chicas podrían decir lo mismo, "aprovechemos que Josué está solito, vayamos, hagámosle compañía"...
Cuántos son los que hoy en día prefieren estar en compañías que no le son de provecho, amigos de escuelas, amigos del barrio, en fin, en compañías que no le son de provecho y luego vienen las decadencias, la falta de fe; la falta de comunión con Cristo es sencillamente porque no regaste tu vida con las cosas de Dios, porque te dejaste seducir por los egipcios y sus glorias de fantasías que te ofrecen.
Pero tú no eres un nombre solamente, como lo fue Josué, él no tenía un nombre así por casualidad, él sabía que ese nombre era algo importante, él sabía que algo había pasado en su vida por haber nacido en una familia que creía en un DIOS todopoderoso.
Quizás tú no naciste en el seno de una famila cristiana pero ahora conoces de Dios y tu nombre ha sido cambiado; lo que antes era tinieblas ha venido a ser Luz, lo que antes no servía ahora sirve, pues entonces es hora que tomes el papel que te corresponde; dejate de sacarle el hombro a la responsabilidad del llamado que pesa sobre ti, la unción ha sido puesta en ti, y has sido llamado para derribar los montes que el enemigo a preparado para cercar a la Iglesia.
Estás en una generación de ganadores, de triunfadores, de personas que verán mucho más de Dios que todos juntos, es tiempo de que la gloria del Señor ya no está en el monte, ni en el tabernáculo, y al igual que Josué, la primera vez quedó a la mitad del camino para encontrarse con Dios, pero la segunda estaba en medio del tabernáculo él sólo, nadie más, sólo él mientras Moisés entró al lugar santo; él quedó afuera en medio del tabernáculo, ni Aarón, entró sólo él y el líder de Dios. Ahora ya no sentía el tronar del monte, sino que la unción del poder lo invadió todo en él, todo su ser estaba electrificado por la presencia de Dios mismo, era como si estuviera frente a frente con Dios, le bastaba sólo eso, ser tomado en cuenta por el Gran Señor de Señores ALELUYAS.
Sólo parado en medio del tabernáculo... huy sólo él... ahora al pasar los años maduró su espíritu, pero fue la consecuencia de jamás dejar pasar por delante el llamado que Dios hizo a su vida.
Su nombre ahora no era cualquier cosa, los israelitas lo sabían, era el Gran Josué , El seguidor de Moisés, ni siquiera Aarón era tan amigo de Moisés como él, sabía que algo aún mayor le esperaba y lo ansiaba, lo deseaba, lo sentía en su piel.
Por eso esa mañana cuando Moisés le comunica que fue elegido por Jehová para entrar el pueblo a la tierra prometida, ahora ya mayor, quizas unos 40 años, recorrió tras su pasado y no encontró en él nada de que avergonzarse, venció los temores, las dificultades, las tentaciones, pero valió la pena. Ahora era más que un nombre: ahora era el elegido por Dios, el elegido para hacer que no sólo la gloria se viera de lejos sino que ahora estuviera entre ellos, bajara y se tornara vida en ellos. Él lo había experimentado muchas veces frente al tabernáculo, él lo había sabido siempre y, huy jajaja, ahora sintió la misma sensación, la misma emoción: "Dios me escogió, Dios me llamó, Dios se fijó en mí, que privilegio".
Valió la pena dejar cosas atrás, valió la pena creerle a ese viejo loco, que no estaba tan loco, valió la pena dejar que Dios cambiara su nombre, valió la pena...

DEJARAS QUE DIOS CAMBIE TU NOMBRE.-

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